El autismo no diagnosticado: un obstáculo invisible en las relaciones sociales.
Preguntas Frecuentes
¿Cuáles son los síntomas y características del autismo no diagnosticado que pueden dificultar las relaciones sociales?
El autismo no diagnosticado puede manifestarse a través de síntomas y características que dificultan las relaciones sociales, tales como:
– Dificultades para la comunicación: Las personas con autismo no diagnosticado pueden tener dificultades para interpretar las señales verbales y no verbales de los demás. Esto puede llevar a malentendidos e incomodidad en las relaciones sociales.
– Intereses restringidos: El autismo no diagnosticado puede llevar a una obsesión con un tema o actividad en particular, lo cual puede limitar la capacidad de la persona para participar en actividades compartidas con los demás.
– Sensibilidad sensorial: Las personas con autismo no diagnosticado pueden ser hypersensibles a ciertos sonidos, luces o texturas, lo cual puede causar incomodidad en situaciones sociales.
– Ansiedad social: El autismo no diagnosticado puede llevar a ansiedad social, lo cual puede hacer que las personas eviten situaciones sociales o se sientan incómodos en ellas.
Es importante entender que cada persona con autismo es única y puede experimentar diferentes síntomas y características. Es fundamental que las personas afectadas reciban un diagnóstico y tratamiento adecuado para mejorar su calidad de vida y sus habilidades sociales.
¿Cómo pueden los padres o cuidadores detectar o sospechar de un autismo no diagnosticado en una persona y qué pasos deben seguir para obtener un diagnóstico?
Los padres o cuidadores pueden detectar o sospechar de un autismo no diagnosticado en una persona si detectan los siguientes signos:
– Problemas para interactuar socialmente, como evadir el contacto visual o no entender las expresiones faciales de los demás y tener dificultades para establecer relaciones.
– Patrones de comportamiento repetitivos o intereses limitados, como la necesidad de seguir las mismas rutinas y patrones y mostrar una fuerte preferencia por ciertos objetos o temas.
– Problemas de comunicación, como hablar en tono monótono o reiterativo, tener dificultad para responder adecuadamente a preguntas o no entender el lenguaje figurativo.
Si los padres o cuidadores sospechan de un autismo, deben seguir los siguientes pasos para obtener un diagnóstico:
– Consultar con un especialista en trastornos del espectro autista (TEA) como un neuropediatra, psiquiatra infantil, o un psicólogo clínico.
– Hacer una evaluación exhaustiva, incluyendo una revisión médica completa y pruebas psicométricas y neuropsicológicas.
– Obtener una evaluación del desarrollo, que puede incluir una evaluación del lenguaje y habilidades sociales a través de entrevistas con los padres y observación del comportamiento del niño.
– Considerar otras pruebas de diagnóstico específicas según el caso, como análisis genéticos o neurológicos.
Es importante recordar que cuanto antes se realice el diagnóstico de autismo, más temprano se pueden iniciar las intervenciones y estrategias adecuadas para mejorar la calidad de vida del individuo con TEA y su familia.
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